Si estás en busca de un piercing sencillo, bonito y que no te cause mucho dolor, el hélix es la mejor opción para ti. Lee a continuación todo lo que debes saber antes de hacerte tu hélix.
El hélix o hélice es el nombre que recibe el borde del pabellón auricular. Es una estructura alargada hecha de cartílago duro que va desde la cruz del hélix hasta el comienzo del lóbulo, rodeando por completo la mitad superior de la oreja del lado más externo. En esta zona se puede encontrar el tubérculo auricular, un engrosamiento del hélix que solo poseen algunas personas.
Dependiendo de la forma y tamaño de cada oreja, el hélix será más o menos espacioso, más o menos grueso y será o no apto para realizar una o más perforaciones. Considera que hay personas que pueden hacerse hasta ocho agujeros en su hélix.
El piercing que se realiza en esta zona de la oreja también se denomina hélix o hélice.
Existen varias formas y tamaños de orejas. Hay personas que tienen el hélix más largo y espacioso que otras, lo que les permite perforarlo con mayor facilidad, hacer más de una perforación y/o lucir piezas más grandes.
Técnicamente todos pueden hacerse perforaciones en el hélix, a menos que se padezca de alguna malformación como anotia o microtia, se tenga extrema sensibilidad en la zona, se sufra de alergias cutáneas o que el cuerpo tienda a rechazar piercings. Lo mejor siempre es consultar con el profesional encargado de hacer tu perforación. Él te recomendará en base a tu anatomía y gustos el tipo de piercing que mejor se adapta a ti.
El grosor estándar del agujero para este tipo de piercings es de 1,2 mm de diámetro. En el hélix se pueden hacer varias perforaciones, por lo que deberás elegir a que altura quieres hacer la tuya.
Usualmente se acostumbra llevar sólo dos piercings en el hélix, los cuales suelen ser aros pequeños lisas o con alguna bolita. Por lo general, las piezas están hechas de acero inoxidable decorado con fantasía, plástico o algún otro metal de oxidación lenta. Si buscas algo más sofisticado, puedes optar por piezas un poco más costosas hechas de titanio, platino u oro, pudiendo adornarlas con piedras preciosas.
Es un piercing relativamente indoloro. Este cartílago no posee muchas terminaciones nerviosas y casi no sangra al perforarse. El proceso es considerablemente más doloroso que el de un piercing en el lóbulo pero mucho menos doloroso que el de un piercing en el antitragus.
Muchos lo catalogan como un 4 en una escala de dolor del 1 al 10. Sin embargo, hay que considerar factores como el umbral de dolor de cada persona, el grosor de su cartílago, la experiencia del anillador y si se emplean o no pomadas anestésicas para insensibilizar un poco la zona a la hora de perforar. Debido a la delicadeza de esta piel, la perforación del hélix se realiza con una aguja hueca (no con una pistola) y el proceso puede tardar hasta dos minutos. Como siempre, es indispensable que acudas con un profesional.
El hélix es un cartílago bastante complicado de curar. El proceso de cicatrización será lento y requerirá de numerosos cuidados que el anillador te especificará. Dependiendo de cómo reaccione tu cuerpo y de los cuidados que le des a tu hélix, el tiempo estimado de curación variará entre los seis y doce meses.
Considera que te resultará incómodo al bañarte, usar audífonos o dormir de ese lado de la cara, al menos durante los primeros meses. No puedes presionar la oreja, jalar la pieza, tocarla con mucha frecuencia o permitir que tu cabello se enrede en ella, pues arrancarás las costras, harás que la herida se infecte y dificultarás el proceso de curación. No debes retirarte la pieza hasta que la herida cicatrice por completo, pues podrías infectarla o permitir que el agujero se cierre. Como en cualquier perforación corporal, debes lavarla diariamente de una a tres veces al día con agua y jabón, y emplear pomadas antisépticas y antinflamatorias.
Si sigues todas las indicaciones de tu anillador, tu piercing curara correctamente en el menor tiempo posible. En caso de sentir malestares o dolor persistentes, debes comunicarte con tu anillador o médico de confianza.