En los últimos 15 años su popularidad ha crecido como la espuma. A pesar de que son un poco más complicados de hacer que los piercings convencionales, poseen una elegancia y vistosidad únicas, sin mencionar que se pueden colocar en cualquier parte del cuerpo. Conoce a continuación todo lo que debes saber sobre los piercings microdermales.
📌 Índice de contenido
Un piercing microdermal o piercing intradérmico es aquel en el que se inserta dentro de la piel (entre la dermis y la hipodermis) un implante subdérmico que funciona como base o “ancla” para atornillar una pieza que se exhibe en el exterior.
Por ser un piercing bastante delicado, sólo quienes tienen una piel ni muy tensa ni muy flácida son buenos candidatos para llevarlo. No es viable que quienes tienen cicatrices, piel estriada, son propensos a sufrir reacciones alérgicas, tienden a rechazar piercings, sufren de extrema sensibilidad en la piel, tienen dificultad para cicatrizar o llevan un estilo de vida demasiado activo se realicen este tipo de piercings. Son muy delicados, por lo que no son apropiados para personas que estén constantemente expuestas a factores físicos y/o ambientales que puedan golpear o estropear el piercing: deportistas, obreros, peluqueros, bomberos, cocineros, veterinarios, etc.
Debido a que el procedimiento es muy técnico y algo complicado, es indispensable que el piercing sea realizado por un anillador profesional y experimentado.
Los piercings microdermales pueden colocarse en cualquier parte plana y sin pliegues del cuerpo. Lo ideal es buscar una piel tensa, que no esté muy expuesta a roces y que se pueda perforar a una profundidad considerable.
Las partes del cuerpo preferidas para colocar piercings microdermales son los pómulos, la frente, las cienes, los hombros, la clavícula, la nuca, el pecho, la espalda, el estómago, la cintura, el vientre, la pelvis, los brazos, las manos y los dedos.
Todo piercing microdermal necesita de una pieza compuesta por dos elementos hechos de acero quirúrgico o titanio: una base o “ancla” y un tornillo.
La base o “ancla” es un implante subdérmico plano y alargado de entre 4 y 8 mm de largo que contiene una tuerca que sobresale en el centro y varios agujeros de cada lado. En esta tuerca se atornilla la pieza que va a exhibirse en el exterior y estos agujeros sirven para que crezca tejido alrededor y la base quede bien fija a la piel. Existen bases de dos, tres y varios agujeros. Las bases de dos agujeros tienen un agujero a cada lado de la tuerca, las bases de tres agujeros tienen dos agujeros de un lado de la tuerca y un tercero del otro lado (son las más utilizadas) y las bases de varios agujeros puedes tener hasta 4 agujeros de cada lado de la tuerca.
El tornillo, brillante o la “parte atornillable” es un tornillo cuya cabeza exhibe una joya, borla o figura plana que calza perfectamente con la tuerca de la base. Es de acero quirúrgico o titanio, tiene un diámetro aproximado de entre 2 y 5 mm y es removible e intercambiable.
En cuanto a materiales, las piezas de los piercings microdermales pueden ser de acero quirúrgico o de titanio. El material de preferencia es el titanio porque tiende a ser mejor asimilado por el cuerpo, es ligero, resistente y no es necesario retirarlo para realizar tomografías, radiologías o resonancias magnéticas, caso contrario a los piercings hechos de acero quirúrgico.
En relación a otros tipos de piercings, los piercings microdermales son considerablemente dolorosos. A pesar de que el dolor es relativo y depende del umbral de cada persona, la mayoría de quienes se hacen un piercing microdermal afirman sentir dolor o molestias considerables. En una escala de dolor del 1 al 10, las personas suelen calificarlos con números entre 4 y 7.
Antes que nada debes tener en cuenta que el proceso durará entre 2 y 10 minutos y durante la perforación la herida sangrará bastante porque es común perforar vasos sanguíneos. El proceso es muy metódico y la gran mayoría de los anilladores siguen los siguientes pasos:
Nota: para hacer más rápido y menos doloroso el proceso, algunos anilladores recomiendan insertar dentro de la piel la base del piercing con la joya ya enroscada.
Dependiendo del salón de piercings al cual acudas, el precio de cada piercing microdermal oscila entre los 15 y 30 euros. Adicionalmente, debes sumar el costo de la pieza, que ronda entre los 3 y los 15 euros.
Dependiendo de los cuidados que le des a tu piercing y la zona en donde te lo hayas hecho, el tiempo de curación rondará entre los 3 meses y más de un año. En el caso de los piercings microdermales es normal que el cuerpo tienda a rechazarlos y que nunca lleguen a cicatrizar en su totalidad.
Durante las primeras 24 horas deberás utilizar una bandita o vendaje alrededor de la herida. Es común que haya sangrado e inflamación durante los primeros 3 días. También aparecerán moretones producto de pequeñas hemorragias internas (en el caso de que se halla perforado inconscientemente algún vaso sanguíneo), habrá dolor y calor en la zona. Luego de la primera semana ya no debería haber sangrado ni inflamación o moretones importantes.
Hay quienes no sangran ni presentan moretones en ningún momento del proceso. La desinflamación y cicatrización de la herida dependen de cada persona.
Como en todas las modificaciones corporales, los primeros días son cruciales para la curación de la herida. Si acatas las siguientes recomendaciones al pie de la letra tu piercing estará cicatrizado de la mejor manera en el menor tiempo posible:
Si quieres retirar por completo tu piercing microdermal será necesario extraer el implante subdérmico (la base). Para evitar cualquier tipo de contratiempo, es recomendable que acudas con el anillador que hizo tu piercing en primer lugar para retirarlo. Debes garantizar que quien lo extraiga sea un profesional experimentado que trabaje rápida y efectivamente, sepa controlar las hemorragias y no rasgue demasiado la piel.
Aunque el proceso será algo doloroso y habrá sangre, no tomará más de 10 minutos y no requerirá del uso de anestesia. Se comienza por desinfectar muy bien la zona y sujetar con firmeza la tuerca pegada a la base con una pinza Kocher. Luego, se jala con fuerza la pieza fuera del cuerpo procurando no desgarrar la piel. En algunos casos se habrá formado un tejido muy resistente entre los agujeros de la base del piercing y será necesario cortar las fibras con un bisturí para poder retirarlo. En otros casos se debe ir cortando poco a poco con el bisturí desde la superficie hasta llegar a la base del piercing para poder extraerlo de raíz.
Una vez extraída la pieza, se procederá a limpiar la sangre y a desinfectar la herida. Te vendarán, te recetarán antinflamatorios y antibióticos y te pedirán mantener una buena higiene alrededor de la zona. Si sigues todas las indicaciones del anillador la herida estará cicatrizada al cabo de una par de semanas y si tienes suerte, ni siquiera quedará una marca visible.
Como en todos los tipos de modificaciones corporales, los piercings microdermales acarrean una serie de riesgos. En comparación a otros tipos de piercings, son considerablemente más complicados de sanar, son altamente propensos a infectarse, desplazarse y ser rechazados por el cuerpo. Entre los principales riesgos que se corren al tener un piercing microdermal están:
Es de vital importancia que te comprometas a cuidar tu piercing microdermal mientras cicatriza. Estos tipos de perforaciones son difíciles de sanar, por lo que los cuidados que le des serán indispensables para no perjudicar tu salud. Puede que incluso con los mejores cuidados, el piercing nunca llegue a cicatrizar correctamente y sea necesario removerlo. Si sientes dolores o malestares persistentes no dudes en consultar con tu anillador o con algún medico a tu disposición.