Si te encanta reír a carcajadas y lucir tus dientes blancos como perlas, ¿qué esperas para rematar con un smiley? Te decimos todo lo que debes saber sobre el encantador piercing sonriente.
El smile, smiley o piercing en el frenillo es una perforación que se realiza en el frenillo labial superior, una pieza de tejido blando recubierto de mucosidad que se encuentra en la parte más alta de la encía superior.
El smile debe su nombre a que sólo resulta visible cuando reímos, porque al estar en el interior de la boca la única manera de lucirlo es retrayendo los labios y dejando visibles los dientes y las encías.
Técnicamente, todo aquel que tenga frenillo labial superior puede hacerse un piercing smiley. Sin embargo, existen condiciones que no favorecen estéticamente al piercing, por ejemplo, un frenillo muy pequeño, la inserción baja del frenillo labial superior, el frenillo hipertrófico, los diastemas o problemas ortodónticos como el resalte o la mordida invertida.
Las personas con malformaciones o enfermedades como disglosia, candidiasis oral o cáncer de boca no pueden perforar su frenillo. Tampoco es recomendable que quienes tienen extrema sensibilidad en la zona, sufran de alergias cutáneas o su cuerpo tienda a rechazar piercings se perforen esta parte del cuerpo. Lo mejor siempre es consultar con el profesional encargado de hacer tu perforación. Él te recomendará en base a tu anatomía y gustos el tipo de piercing que mejor se adapta a ti.
La pieza que se suele colocar en este tipo de perforación es el U-blend o barbell circular, aunque los aros con bolas y los spikes son bastante comunes. El tamaño estándar de la pieza es de 10 mm de largo y 1,2 mm de grosor.
Por lo general, las piezas están hechas de acero quirúrgico decorado con fantasía, plástico o algún otro metal de oxidación lenta. Si buscas algo más sofisticado, puedes optar por piezas un poco más costosas hechas de titanio, platino u oro, pudiendo adornarlas con piedras preciosas.
El frenillo casi no sangra al perforarse y el proceso es descrito como indoloro. A pesar de que la mayoría de las personas dicen no sentir más que una ligera presión, el umbral de dolor, el grosor del frenillo, la experiencia del anillador y el empleo de pomadas o aerosoles anestésicos influyen mucho. Debido a la delicadeza de esta piel, la perforación (que puede tardar hasta dos minutos) suele realizarse con una aguja hueca, no con una pistola. Como siempre, es indispensable que acudas con un profesional.
En una escala del 1 al 10, las personas suelen calificar a los smile piercings con un 2.
El tiempo de cicactrización del smile ronda entre los dos y cuatro meses. La saliva se encarga de cicatrizar la piel maltratada y durante el proceso suele producirse hinchazón, ardor y comezón.
Considera que te resultará incómodo al hablar, comer, beber y cepillar tus dientes, al menos durante los primeros días. Una vez cicatrizado, es recomendable quitar la pieza al realizar actividades que puedan suponer presión en la zona, como hacer ejercicio, comer o dormir.
Tu higiene bucal debe ser impecable de ahora en más, pues aunque la herida haya cicatrizado perfectamente, el agujero es propenso a acumular restos de alimentos y despedir malos olores. Lo ideal es que cepilles tus dientes y utilices un enjuague bucal con clorhexidina después de cada comida, fumar, beber o besar a alguien. Debes evitar la ingesta de alimentos muy ácidos o picantes y no puedes ingerir alcohol ni fumar, por lo menos durante la primera semana. También es recomendable que piques tu comida en trozos pequeños para evitar lastimar la perforación al comer.
Si manipulas el piercing con las manos sucias, juegas con tu lengua y tu smile o no cepillas tus dientes con la suficiente frecuencia harás que la herida se infecte y dificultarás el proceso de curación. No debes retirarte la pieza hasta que la herida cicatrice por completo, pues podrías infectarla o permitir que el agujero se cierre.
Si sigues todas las indicaciones de tu anillador, tu piercing sanará correctamente en el menor tiempo posible. En caso de sentir malestares o dolor persistentes, debes comunicarte con tu anillador o médico de confianza.
Gema García nacida en Madrid en 1989. Estudió el Grado de Bellas Artes en la Universidad de Valencia, tatuadora profesional desde hace 4 años. Colaboradora en Tatuing desde el año 2018 aportando su conocimiento y experiencia en el Sector.
Dina
14 de junio de 2022 at 10:11 pmque podria pasar si me lo hago en casa?