Hay muchos fanáticos de los tatuajes que no se atreven a hacerse uno. La mayoría dice que no quiere someter su cuerpo a una modificación permanente, que no quiere sentir el dolor que conlleva inyectar tinta en la dermis y que a pesar de que les gustaría exhibir un tatuaje no soportan la idea de comprometer su piel. Si buscas lucir una espectacular pieza de arte corporal pero no quieres marcar tu piel de por vida, los tatuajes de henna son la opción perfecta para ti.
La henna o alheña es un pigmento natural, fragante, pastoso y de color oliváceo o marrón que se obtiene al mezclar hojas trituradas de la planta Lawsonia inermis (o simplemente henna) con aceites esenciales.
Se aplica desde hace siglos en diversas culturas para tinturar el cabello, las uñas, las cejas y la piel, porque además de obtener resultados muy satisfactorios en cuanto a pigmentación, tiene un bajo costo en relación a otros tintes.
El uso de la henna se remonta a varios siglos antes de Cristo, cuando los egipcios y otras culturas orientales utilizaban la pasta de henna como ungüento medicinal y para pintar sus pieles y uñas. Gracias a su capacidad de pigmentación, las mujeres de más bajos recursos dibujaban patrones y símbolos en sus manos y pies simulando joyas, especialmente durante celebraciones religiosas, matrimonios y nacimientos, práctica que luego fue adoptada por los hombres. En la actualidad es un distintivo de las culturas hindú, musulmana y sijí.
La técnica de aplicar henna como tintura corporal se conoce como mehndi o mehandi y se practica desde hace siglos en países de África y el Medio Oriente, principalmente en la India, Bangladés, Egipto, Marruecos y Pakistán.
La pasta de henna se prepara con hojas de henna pulverizadas y diversos aceites esenciales (eucalipto, clavo, lavanda, árbol de té, etc.) que se dejan reposar por un par de horas. Se aplica en la piel limpia con una jeringa sin aguja, un cono hueco o una botella con punta metálica y se humedece con limón y azúcar para facilitar que la piel absorba el pigmento. Hay quienes agregan miel, té negro muy concentrado, café muy concentrado, clavo en polvo, jugo de limón y/o azúcar a la mezcla. (whitejasmine.com)
La pasta debe dejarse secando en la piel unas cuantas horas, mientras más mejor. Mucha gente recomiendo dejarla de un día para otro y no ponerla en contacto con agua ni sudor por al menos 24 horas. Al pasar el tiempo, la pasta seca se irá agrietando y a manera de costra va a desprenderse de la piel poco a poco. Para retirarla por completo es recomendable frotar la piel muy suavemente con un algodón humedecido en aceite de oliva. El tatuaje irá tomando color con el paso de las horas, comenzando por un tono rojizo pálido o bermejo que luego irá oscureciéndose poco a poco hasta llegar a ser cobrizo o marrón oscuro.
La pasta de henna natural nunca es de color negro y los dibujos terminados por más que oscurecen nunca alcanzan dicho tono. La única forma de que un tatuaje hecho con henna sea de color negro es que la pasta utilizada contenga algún tipo de sustancia química sintética.
La PPD (parafenilendiamina) es un químico peligroso que se suele agregar a la pasta de henna para que coja color negro. Más de la mitad de quienes ponen en contacto su piel con PPD sufren de enrojecimiento e inflamación en la piel, comezón, exudación, ampollas y/o alergias severas, que incluso pueden dejar cicatrices permanentes o causar deformaciones.
Existen pastas de henna sintética comercial que son de color negro pero que no contienen PPD, así que técnicamente son seguras. A pesar de esto, los artistas de la henna recomiendan tatuarse con productos 100% naturales y de manera tradicional.
Son tatuajes temporales cuya vida útil varía entre cuatro días y un mes dependiendo de la calidad de la henna utilizada, el proceso de fijación de la henna, el tipo de piel de la persona, el lugar donde se realice el tatuaje y los cuidados que se le den.
Al ser tatuajes temporales, no involucran la inyección de tinta en la dermis y no causan heridas en la piel. No es necesario aplicar antibióticos ni antinflamatorios y sólo se deben seguir ciertas indicaciones sencillas si se quieren obtener mejores y más duraderos resultados.
Lo primero que hay que hacer luego de terminado el tatuaje es no tocar ni arrancar la henna por las siguientes 2 o 3 horas como mínimo. Este periodo de tiempo es fundamental para que la henna seque y pigmente la piel. Como se dijo anteriormente, mientras más tiempo se mantenga en la piel, más intenso y duradero será el color, por lo que lo ideal sería dormir con la henna cuidadosamente protegida con papel encerado hasta el día siguiente y retirar las costras secas con ayuda de un algodón humedecido en aceite de oliva.
No se debe mojar ni frotar con fuerza el tatuaje por lo menos durante las 24 horas posteriores a su realización, porque esto podría estropearlo o borrarlo por completo. Cuando te duches debes procurar no mojar la zona, y si lo haces, no debes restregar la piel, exfoliarla ni secar con brusquedad.
Se recomienda masajear diariamente y con mucha delicadeza la zona del tatuaje con aceite de coco para ayudar a fijarlo y mantener la piel hidratada. Si vas a la playa, debes cubrirlo con una cantidad generosa de protector solar.
En el Medio Oriente y África los tatuaje de henna están asociados con la buena suerte y la abundancia, razón por la cual las novias suelen lucirlos en sus bodas. Todos los diseños cuentan con simbolismos y se cree que atraen la fortuna y protegen a quien los porta.
Los más populares son los patrones geométricos, las flores y las mandalas. También es común ver tatuados al Sol, la Luna, aves, mariposas, enredaderas y ojos. Cada figura tiene un significado, asociados por lo general con la felicidad, la fertilidad, el amor a la pareja y el amor a la familia.
Estos tatuajes se dieron a conocer internacionalmente a principios de los años 90. Su popularidad fue tanta que se empezó a comercializar pasta de henna en conos para que las personas se hicieran sus propios tatuajes en casa. Los artistas profesionales recomiendan el uso de aquellos productos que no contienen pigmentos sintéticos y son de origen 100% natural.
Al hacerte un tatuaje de henna no marcas tu piel permanentemente. Puedes lucir miles de diseños diferentes sin la preocupación de que estarán contigo durante toda tu vida. Además, para tatuarte con henna no necesitas perforar tu piel, por lo que el proceso es totalmente indoloro y estás exento de contraer infecciones o enfermedades.
Los tatuajes de henna son mucho más económicos que los tatuajes permanentes, además que se hacen mucho más rápido. Un tatuaje significativamente grande (que ocupe la mitad de tu brazo, por ejemplo) puede terminarse en menos de media hora.
La henna es antimicrobiana, antimicótica, astringente y antioxidante. Está cargada de sales minerales que favorecen la salud de la piel. (Ambien)
Hay personas cuya piel es tan sensible que se irrita incluso cuando se pone en contacto con productos naturales. Si tienes dermatitis o eres propenso a las alergias, tal vez no deberías arriesgarte aplicándote henna en la piel.
Es muy difícil saber a simple vista que tipo de henna utilizan los artistas callejeros para realizar sus tatuajes. Algunos agregan PPD a su henna para conseguir el tono negruzco tan buscado por los turistas, aun sabiendo que es perjudicial para la salud. Debes recordar que la henna natural nunca es de color negro y a veces resulta imposible distinguir entre el tono marrón oscuro de la henna natural y el negro de la henna con PPD.
Los tatuajes de henna tienen colores muy limitados, no puedes aspirar a técnicas muy complejas y es difícil trazar líneas muy delgadas. Recuerda que los resultados de estos tatuajes son mucho más artesanales que los tatuajes permanentes.
Si estás indeciso sobre hacerte o no hacerte un tatuaje permanente, puedes probar tatuándote con henna y evaluando cómo te sientes. Puedes experimentar con diversos diseños y entre todos, elegir el que más te guste. La henna es una buena opción para asegurarte de que los diseños que imaginas son los que realmente quieres inmortalizar en tu piel.
Dependiendo del tamaño del tatuaje, la complejidad del diseño, la parte del cuerpo que desees tatuar y si acudes o no a un establecimiento certificado, pueden costar entre 10 y 300 euros.
Un patrón floral simple que ocupe tu mano por completo, por ejemplo, puede costar entre 10 y 30 euros. Un tatuaje nupcial que abarque ambos brazos de la novia y sea muy elaborado, fácilmente puede exceder los 300 euros.
Una alternativa mucho más económica pero de resultado menos profesional es tatuarse en casa. Los conos de henna comercial pequeños difícilmente exceden los 10 euros y rinden lo suficiente como para tatuar un brazo completo, en el caso de un diseño simple.
Gema García nacida en Madrid en 1989. Estudió el Grado de Bellas Artes en la Universidad de Valencia, tatuadora profesional desde hace 4 años. Colaboradora en Tatuing desde el año 2018 aportando su conocimiento y experiencia en el Sector.