¿Buscas un piercing delicado, femenino, seductor y que se robe todas las miradas? El piercing medusa es para ti. Te presentamos a continuación todo lo que debes saber antes de hacerte un piercing medusa.
El piercing medusa se realiza en el centro del surco nasolabial, filtrum o arco de cupido, la porción de piel ubicada entre la boca y la nariz. Consta de una perforación profunda que atraviesa desde el interior de la cavidad oral hasta la parte superior del labio, en la cual se exhibe un brillante.
Existen tres tipos de piercing medusa: el piercing medusa simple, el piercing medusa doble y el piercing medusa vertical o jestrum.
El medusa simple es una perforación horizontal colocada más o menos en el centro del filtrum, el medusa doble consta de dos perforaciones horizontales o medusas simples alineadas una encima de la otra y el medusa vertical o jestrum atraviesa de manera vertical desde el filtrum hasta el labio superior.
El piercing medusa debe su nombre a la criatura mitológica griega Medusa, una mujer hermosa con cabellos de serpiente que tenía la capacidad de convertir en piedra a quien se atreviera a mirarla a los ojos. Gracias a que el piercing es muy llamativo y acapara las miradas de las personas, se le atribuyó este nombre.
Si no padeces de malformaciones o enfermedades como labio leporino, herpes o cáncer de boca, extrema sensibilidad, alergias cutáneas severas o tu cuerpo tiende a rechazar piercings, puedes hacerte un piercing medusa sin mayor problema. Lo mejor siempre es consultar con tu anillador, quien te recomendará en base a tu anatomía y gustos el tipo de piercing que mejor se adapta a ti.
El grosor estándar para la perforación del piercing medusa es de entre 1,2 y 1,6 mm de diámetro y las piezas por excelencia a colocar en los medusas simples y dobles son el labret con brillante y el screw. Para los piercing medusa verticales se emplean barbells o bananas.
Las piezas están hechas de acero quirúrgico decorado con fantasía, plástico o algún otro metal de oxidación lenta. Para quienes están dispuestos a gastar un poco más, existen hermosas piezas hechas de titanio, plata, platino u oro, adornadas con fantasía fina o piedras preciosas.
La perforación ronda entre los 10 y 20 euros y cada pieza sencilla entre los 4 y 10 euros.
El medusa es un piercing medianamente doloroso. En una escala de dolor del 1 al 10, el piercing medusa es catalogado como un 4 o 5. Obviamente esto dependerá del umbral de dolor de cada persona, la experiencia de su anillador y si se utilizan o no anestésicos a la hora de perforar.
La perforación se realiza con una aguja hueca, requiere que se sujete el labio superior con una pinza y puede tardar hasta dos minutos. Como siempre, es indispensable que acudas con un profesional.
Con los cuidados adecuados tu piercing tardará entre 2 y 3 meses en cicatrizar por completo. Debes mantener una higiene bucal impecable, cepillar tus dientes y desinfectar la herida por dentro y por fuera con enjuague bucal sin alcohol después de cada comida. Debes acostumbrarte a ingerir trozos pequeños de comida para evitar abrir demasiado tu boca y estirar la herida, no debes aplicar cosméticos o cremas humectantes en la zona y no debes fumar ni ingerir bebidas alcohólicas, alimentos muy picantes, salados o ácidos, al menos durante los primeros días. No debes retirarte la pieza hasta que la herida cicatrice por completo porque podrías infectarla o permitir que el agujero se cierre.
La perforación debe ser hecha por un profesional para garantizar que esté completamente recta y a la altura correcta. Debe tenerse especial cuidado para no atravesar el labio, la encía o el frenillo labial, y una vez esté hecho el agujero debe asearse diariamente para evitar infecciones.
Aunque no suele ocurrir con frecuencia, tu piercing medusa podría causarte una hemorragia, desgarrar tu labio superior o afectar tus encías y dientes.
Si sigues todas las indicaciones de tu anillador, tu piercing no dará problemas y curara correctamente en el menor tiempo posible. Si sientes algún dolor o malestar persistente comunícate con tu anillador o médico de cabecera.